• Con una producción estimada de 10,034.98 toneladas, la cosecha de frijol en Costa Rica para el ciclo 2023-2024 demuestra la importancia de este grano en la seguridad alimentaria del país. Regiones clave como Brunca, Chorotega y Norte son los que lideran el cultivo, mientras que la Ley 8763 sigue jugando un papel esencial en la regulación y abastecimiento del mercado local.

Konexión Gastronómica

El frijol es uno de los alimentos más tradicionales y esenciales en la dieta costarricense. Cada año, cientos de agricultores dedican sus tierras a la siembra de este grano, que no solo nutre a las familias locales, sino que también sostiene un importante sector agroindustrial del país. En el período 2023-2024, la producción comercial de frijol alcanzó las 10,034.98 toneladas, según el informe «Monitoreo de Frijol» del Servicio de Información de Mercados del Consejo Nacional de Producción (CNP). Este informe destaca cómo las zonas de Brunca, Chorotega y Norte fueron las principales regiones productoras, reafirmando su relevancia en el mapa agrícola nacional.

El área total sembrada por los frijoleros registrados ascendió a 11,726 hectáreas, distribuidas en 7,443 hectáreas de frijol rojo y 4,284 hectáreas de frijol negro. A pesar de ser un ciclo productivo notable, este registro no incluye a todos los productores del país, lo que subraya la importancia de seguir optimizando los mecanismos de monitoreo y apoyo para incluir a más actores del sector.

Importancia de la Ley 8763

El informe no solo ofrece datos de producción, sino también información valiosa sobre la importación del grano y su regulación. Aquí entra en juego la Ley 8763, un marco legal que establece los «Requisitos de Desempeño para la Importación de Frijol y Maíz Blanco con arancel preferencial en caso de desabastecimiento». Gracias a esta legislación, 2,383 productores registrados pueden beneficiarse del acceso a mercados internacionales cuando la producción nacional no cubre la demanda. Esto asegura que el precio de estos productos esenciales se mantenga competitivo tanto en el ámbito nacional como internacional.

De acuerdo con el informe “Monitoreo de Frijol” elaborado por el Servicio de Información de Mercados del Consejo Nacional de Producción (CNP), la producción comercial estimada de frijol para el período 2023-2024 fue de 10,034.98 toneladas.

Desafíos y oportunidades en el mercado del frijol

Uno de los retos más importantes que enfrenta el sector frijolero en Costa Rica es la competencia con el mercado internacional y la fluctuación de los precios globales. A pesar de los esfuerzos del CNP para regular la importación y dar preferencia a los productores locales, las condiciones climáticas, los costos de producción y la competencia extranjera siguen siendo desafíos que deben abordarse. Es aquí donde la innovación y las alianzas estratégicas juegan un papel crucial para asegurar un futuro sostenible para los frijoleros costarricenses.

Según un estudio de la Universidad de Costa Rica (UCR), en los años 80 el país aún era autosuficiente, pero ahora más del 80% de los frijoles y el arroz que consumimos los costarricenses son importados. Según el Dr. Luis Felipe Arauz el problema de los altos precios de los granos básicos que afectan hoy a los consumidores, tiene raíces profundas que iniciaron décadas atrás. Decisiones políticas, la inacción estatal y la falta de coordinación entre los sectores involucrados llevaron al país a pasar del autoabastecimiento en los años 80 a un estado de dependencia de las importaciones de arroz, frijoles y maíz.

La producción del frijol no solo es vital para la autosuficiencia alimentaria del país, sino que también forma parte de nuestra identidad cultural y gastronómica. La participación activa de los pequeños productores y las organizaciones agrícolas en este proceso es esencial para mantener viva esta tradición, mientras continuamos enfrentando los retos de un mercado globalizado.

El frijol: Pilar nutricional y cultural en la alimentación costarricense

La nutricionista Merryam Alfaro destaca la relevancia del frijol como un alimento esencial en la dieta de los costarricenses, no solo por su valor nutricional, sino también por su profundo arraigo cultural. “El frijol es una fuente fundamental de proteínas vegetales, lo que lo convierte en una opción accesible y económica para cubrir las necesidades proteicas de la población, especialmente en zonas rurales y comunidades de bajos recursos,» explica Alfaro.

Las leguminosas tales como frijoles, semillas secas, lentejas, garbanzos, arvejas y cubases son un cultivo esencial, fuente de nutrientes y alto contenido de proteínas, bajas en grasa y ricas en fibra soluble.

Además de ser rico en proteínas, el frijol aporta fibra, que es crucial para el buen funcionamiento del sistema digestivo, y minerales como el hierro, que ayuda a prevenir la anemia. «Su contenido en fibra también juega un papel importante en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, ya que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre y reduce el colesterol,» añade Alfaro.

Pero su importancia va más allá de lo nutricional. El frijol es un componente clave en platos tradicionales como el «gallo pinto» y la «sopa negra», reflejando la identidad culinaria de Costa Rica. «Este grano ha sido parte de la mesa costarricense por generaciones, y su consumo no solo asegura una alimentación balanceada, sino que también conecta a las familias con sus tradiciones y el campo,» menciona Alfaro, subrayando que el frijol es un alimento que une lo saludable con la preservación de la cultura y el estilo de vida sostenible.

El informe también incluye información acerca de la importación del grano y precios nacionales e internacionales.

Encontrará el informe “Monitoreo de frijol” en el siguiente enlace:

https://www.cnp.go.cr/sim/granos.aspx

https://www.cnp.go.cr/sim/sector_agricola/granos_basicos/frijol/monitoreos/2024/M_Frijol_01_08_08_2024.pdf

Fuente: Prensa CNP y NutriMe

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